BIENVENIDOS AL SITIO DE LA PRIMER PEÑA OFICIAL DEL CLUB ATLETICO SAN LORENZO DE ALMAGRO EN EL EXTRANJERO-FUNDADA EN NOVIEMBRE 2002- DESDE ISRAEL SIEMPRE EN BOEDO!!!

19 de junio de 2004

Revista Piedra Libre

Mi equipo, por siempre San Lorenzo de Almagro - Los cuervos de Boedo

Nota de Dana Labaton y Luli Szerman


Para los argentinos, el fútbol es algo más que un deporte. Y si estás viviendo en el extranjero, aún más. Esto lo demuestra Claudio Epstein, un argentino de 38 años que en el año 1995, justo cuando su equipo San Lorenzo salió campeón, estaba paseando con su padre en Turquía, desesperado por saber como había terminado el partido. "No tenía como comunicarme hasta que logré hablar con un conocido de Israel y me dio la gran noticia. Cómo grité en el hotel".
Claudio hizo aliá en 1987 y junto a Ariel Gordon, su amigo desde Argentina, formaron el año pasado la peña a la que llamaron PISLABA - peña Israel San Lorenzo de Almagro, Beto Acosta -, en reconocimiento al jugador de San Lorenzo. Y en diciembre del 2002, hicieron el primer encuentro de los hinchas de este equipo con asado incluido, en el parque de Raanana. "Se fue corriendo la bola y se juntaron 30 personas". Después vinieron el segundo, tercer y cuarto encuentro. Se reúnen dos o tres veces por año y nunca falta el asado, los picaditos, y el material nuevo que cada uno pueda tener para agregar en la web. Los cuervos de Israel, como se los llama, siempre se reúnen para pasar un día agradable en familia.
En la peña, cada uno tiene su cargo. Claudio es el encargado del contacto con el club. Tuvieron que nombrar un presidente y un vice para poder formalizarla y ser reconocida por el club. Ariel se dedica a la logística, Nando Kotler de los encuentros que se realizan en Israel con las peñas de otros equipos y Joni Schnapp es el encargado de haber creado y seguir manteniendo el sitio en Internet, que está en hebreo y español http://www.pislaba.tk/.
También en Buenos Aires hay un encargado de peñas en el exterior y está en contacto con todos los de Israel. Les envían los carnets de socios por correo y si bien beneficios especiales no tienen, como dicen sus hinchas, alcanza el orgullo sólo por pertenecer.
Cuando llegó el momento de referirse a los partidos, recordaron que años atrás, cuando no podían verlos en directo, y no existía el Internet, los seguían por teléfono y recibían Clarín, aunque llegaba una semana y media más tarde.
Para algunos no es más que un entretenimiento, para otros, en cambio, es la unión por ser del mismo equipo. Cantan, gritan, ríen juntos y se cuentan anécdotas: "En mi casa las dos familias eran de San Lorenzo por eso nunca tuve doble identidad futbolística", cuenta Claudio y recuerda que "le rompía las bolas a mi abuelo para ir los domingos a la cancha porque mi viejo laburaba, pero al final le ganaba por cansancio". Nunca olvidarán sus vivencias de niños cuando en el viejo gasómetro (la vieja cancha) que ya tiraron abajo, en el barrio de Boedo, en donde había un sector de chicos pegado al alambrado, ellos eran los privilegiados por ver salir a los jugadores de su equipo predilecto, su gran amor.